Los microseguros son fórmulas de aseguramiento que permiten cubrir riesgos muy, muy concretos, y que, a cambio, suponen desembolsos igualmente reducidos. Fueron diseñados para los países que están en desarrollo en los que una buena parte de la población no está en condiciones de asumir los costes de seguros normales.
Los microseguros se ofrecen para cubrir riesgos que se considera básicos, como los referentes a problemas relacionados con la muerte, decesos, con la salud, con ciertos daños a terceros, relacionados con el hogar familiar, los robos o los daños sobre las cosechas y cultivos productivos.
Los microseguros pueden resultar atractivos también en el primer mundo para cubrir daños que se ocasionan a terceras personas como consecuencia de la interactuación con los nuevos medios de transporte urbanos. Para actividades relacionadas con el ocio, como usar monopatín o bicicleta o llevar monociclos eléctricos. Además de otros medios afines para los que no existe por el momento una cobertura de seguros estandard.
Los microseguros para este tipo de contingencias resolverían problemas de indemnizaciones y atenciones médicas en casos de contusiones y atenciones médicas y con pocos días de recuperación.
Costos irrisorios
Los microseguros pueden costar cantidades muy razonables, según los casos, entre unos cinco euros y diez euros. Cantidades que resultan muy asequibles para cualquier ciudadano.
En el aseguramiento de hogar, los microseguros pueden atender a casos como los de fugas de aguas en casa y que afectaran a terceros, a vecinos. Se trata de reparaciones de pequeña entidad que permitirían reparar, por caso, el techo de un vecino situado en el piso de abajo.
Estos microseguros tienen la ventaja de que se pueden contratar en muchas aseguradoras y siguiendo los procesos que marcan sus plataformas online, incluso para ser formalizados desde teléfonos móviles tipo smartphones.
Así son los microseguros y sus ventajas.