Un seguro de vida te enfrenta a nuestra desaparición, pero también te puede hacer sentir aún más responsable con los tuyos. Un contrato de un seguro de vida supone que, en el caso de tu desaparición, tus familiares podrán seguir manteniendo su forma de vida, respondiendo a los gastos corrientes y hasta a los extraordinarios. Así, ¿no crees que contratar un seguro de vida puede ser importante?

Pero ¿qué póliza de seguro de vida contratar, con qué coberturas económicas, en qué terminos imprescindibles para tus intereses? De entrada, la valoración de un contrato de seguro va a depender de los gastos corrientes familiares y de los específicos. También se tiene en cuenta lo que gana la pareja quien suscribe el seguro de vida, o cuantos gastos corrientes pueden quedar cubiertos con sus ingresos. Por último, igualmente se consideran las inversiones y cada uno de los activos financieros que ayudarán a cubrir los gastos de la familia.

Visto ésto, se pueden contratar seguros a término, permanentes o vinculado a un contrato hipotecario. Cada uno con sus coberturas.

Los llamados seguros a término. No se diferencian en lo sustancial de los que conoces de coches y de viviendas. Los beneficiarios reciben las cantidades acordada en el contrato del seguro al producirse el motivo del seguro de vida, el fallecimiento del titular. Pero hay diferencias entre unas pólizas a término y otras. Las hay que se renuevan cada año por la misma cantidad de la póliza o no.

Los seguros de vida que son de término fijo son ideales para grupos familiares recién constituidos, parejas jóvenes trabajadoras con niños pequeños y con ingresos intermedios. Los seguros a término con devolución de prima son una variante que ofrece el retorno de la prima del seguro si se sobrevive al término señalado en la póliza.

Los seguros permanentes unen una cuenta de inversión a una póliza de seguros. Las primas son siempre idénticas, independientemente de la edad. Los beneficiarios de la póliza cobran los rendimientos de la inversión una vez fallecido el suscriptor. Una variante de los seguros de vida permanentes son los vitalicios que resultan más flexibles, para ajustar la prima o el beneficio que se puede obtener por el fallecimiento a lo largo de la vida del seguro de vida.

Los seguros de vida por incapacidad permiten disfrutar de unos ingresos más allá de las consecuencias de una incapacidad laboral. Los especialistas suelen recomendar adquirir seguros de este tipo que ofrezcan no menos del 60% de los ingresos antes del percance.

Por último, el seguro hipotecario une la seguridad del pago de una vivienda adquirida en régimen financiación hipotecaria y la vida de la persona que hace frente a sus devengos. El seguro obviamente se cancela cuando se ha completado el pago de la vivienda o de la propiedad hipotecada.

Elegir un contrato de seguro de vida con buenas coberturas económicas sólo es una cuestión de reflexión. Pensar qué es lo que quieres para los tuyos cuando tú no estés.