Un seguro médico puede ser diferente atendiendo a la modalidad bajo la que se contrate. Así, podemos encontrar seguros de asistencia sanitaria, seguros de reembolso por gastos médicos, los llamados seguros en formato mixto, para elegir médico concertado, o seguros de indemnización con los que recibir pagos por baja laboral y hospitalización.
Las coberturas de estos seguros médicos son variables y se fijan por contrato, y de manera escalable, de forma que se puede disponer de un modelo de seguro de gran cobertura u otro standard pero con un nivel de prestaciones adaptado a las propias necesidades.
Entre las coberturas más frecuentes y más populares de un seguro médico figura elegir médico en la sanidad privada, a los especialistas, o suscribirlas sólo para ingresos hospitalarios, mientras se mantiene una asistencia básica en la Seguridad Social. También se suelen solicitar para sortear las colas de las consultas, las listas de espera y elegir centro.
Del mismo modo, se pueden incluir como ampliaciones de las coberturas del seguro médico la asistencia en el exterior, en países extranjeros, las estancias en hospitales en habitaciones individuales y adaptadas para un familiar acompañante.
En un nivel más especializado se pueden añadir coberturas de pruebas diagnósticas no contempladas por el régimen de la Seguridad Social. Ésto resulta muy útil en el caso de enfermedades y tratamientos poco comunes, si hay que enfrentarse a afecciones para las que un tratamiento precoz o una intervención preventiva resultan vitales.
En cualquier caso, los costes de las cuotas de los seguros médicos de éstas u otras coberturas sanitarias que se quieran añadir se fijarán en función de distintas variables, como la existencia de alguna patología previa, la edad o el hecho de ser hombre o mujer.
Un seguro médico debe concertarse sobre la base de circunstancias médicas con una alta probabilidad de que vayan a suceder. Se puede elegir, por ejemplo, un seguro médico con coberturas básicas, que contemplen consultas y asistencias médicas en centros privados, pero que dejen fuera a las hospitalizaciones y las pruebas diagnósticas. Se pueden usar para evitar acudir al médico de familia en días y horas inconvenientes o para evitar tener que soportar papeleos y burocracia.
También es posible unirse a una fórmula de reducción de la cuota de pago por asistencia con un nivel de copago pactado. Con una cuota mensual y para la cobertura médica especializada de todos los miembros de la familia. El precio final de la póliza dependerá de la frecuencia del uso de los servicios recogidos en la póliza y de su cuantía unitaria.