Hablemos de seguros de comunidades de vecinos. Las comunidades de vecinos se enfrentan en no pocas ocasiones a las incertidumbres que ocasionan los siniestros en sus edificios. Hay de todo, goteras en terrazas, problemas con los ascensores, inundaciones…
Lo peor es cuando las comunidades de vecinos no tienen los riesgos asegurados o cuando están en situación de infraaseguramiento. Algo que genera problemas entre los vecinos y hasta puede enquistar las relaciones de convivencia.
No obligatorios
Sin embargo, los seguros de comunidades de vecinos no son una obligación en todas las comunidades autónomas españolas. Por esa razón, los vecinos suelen contratar por su cuenta seguros propios. Lo que sí suele ser común son las coberturas de estos seguros de comunidades de vecinos. Las vemos:
– Daños materiales. Se cubren los desperfectos producidos en los edificios. La lista es larga: cristales rotos, atascos en los bajantes y conducciones de agua, explosiones fortuitas, goteras o fugas de agua. Como dato curioso, la media de las reparaciones por estos motivos en 2014 fue de algo más de 300 euros.
– Robos. Aunque siempre existe un margen en función de las pólizas contratadas, estos seguros atienden las reclamaciones a la comunidad por daños ocasionados por los robos, pero también por los hurtos que han tenido lugar en la propiedad.
– Realojamientos. Se trata de dar cobertura económica a la estancia de los vecinos en hoteles si los daños en el edificio son de tal calibre que durante un tiempo no es posible habitarlo. Al menos hasta que se efectúen las debidas reparaciones.
– Accidentes de trabajadores. Las comunidades de vecinos suelen disponer de trabajadores que se encargan de las tareas de mantenimiento y vigilancia. Los seguros de comunidades de vecinos se encargan de cubrir los gastos sanitarios, las ocasionales indemnizaciones o los casos de fallecimiento, de invalidez o incapacidad ocurridos durante su tiempo de trabajo.
¿Conocías todos estos detalles de los seguros de comunidades de vecinos?