La acupuntura no sólo ha acabado por formar parte de las terapias de salud en España, sino que sus intervenciones están protegidas con seguros profesionales. Sí, se asegura. Porque no hay salud sin seguridad.
La acupuntura es un tipo de tratamiento médico de origen chino que utiliza diferentes técnicas para estimular puntos clave de la piel que se relacionan con determinadas dolencias. La acupuntura es popular por la facilidad con la que el público que no la conoce en primera persona la relaciona con las aplicaciones de unas agujas muy finas.
La acupuntura tiene miles de años de antigüedad y tiene el timbre de haber sido reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. En algunos países de Europa, los sistemas de salud han integrado la acupuntura como parte de sus intervenciones sanitarias.
En España, el Ministerio de Sanidad elaboró en 2011 un informe en el que analizaba la posible inclusión de la acupuntura dentro del sistema público de salud. Las evidencias actuales demuestran que la acupuntura funciona perfectamente en casos de las náuseas y los vómitos que surgen después de las intervenciones quirúrgicas o cuando se completa una sesión de quimioterapia.
En España, sólo puede ejercer la acupuntura un médico debidamente colegiado después de haber realizado una formación acreditada y reconocida, especialmente un máster universitario. Además de un seguro de responsabilidad civil de tipo profesional.
El acupuntor ha de realizar un diagnóstico previo e informar al paciente de la complementariedad de la acupuntura y de cada uno de los riesgos que se relacionan con las circunstancias profesionales y personales, de las posibles contraindicaciones, de los riesgos particulares que se pueden producir y de las sesiones necesarias para completar el tratamiento. Las sesiones de acupuntura obligan al paciente a firmar una autorización de intervención por escrito en tanto que se trata de una aplicación médica invasiva.
La acupuntura ha llegado a España para quedarse.