Cada año se producen en España alrededor de 2.500 accidentes de caza. La caza es una actividad deportiva no exenta de riesgo que exige la contratación de seguros de responsabilidad civil con el fin de dar cobertura a los daños que pudieran causarse a otras personas. La recomendación de los especialistas aconseja la contratación de seguros de responsabilidad civil para caza.
Así, una herida por arma de fuego deportiva, por ejemplo, en una pierna no sólo obliga a realizar una intervención quirúrgica, sino también a superar un periodo de rehabilitación, en el caso de que se haya producido alguna pérdida de movilidad.
Incapacidades laborales
Un seguro de responsabilidad civil para caza debería contemplar largos periodos de recuperación por incapacidades físicas y hasta psíquicas. Y las que se derivan del periodo de sanación, incapacidades momentáneas, prolongadas o definitivas para desempeñar las actividades laborales.
Una cobertura de responsabilidad civil para caza de tipo básico tal vez no sea del todo suficiente para hacer frente a todas las situaciones. No hay duda de que los seguros de caza son, en comparación con otros similares, bastante económicos. Por esa razón, nunca está de más ampliar las coberturas y ganar en seguridad cuando se practica una actividad deportiva en el medio natural que tanto se disfruta.
Pero hay más. En las pólizas de seguros de caza, se pueden, o deben, incluir coberturas que atiendan los daños causados por el solo uso del arma. Nos referimos a los daños denominados ‘hombro de cazador’, que se generan por la fuerza de retroceso del arma precisamente sobre el arranque del brazo. Daños que pueden degenerar, a la larga, también en diferentes tipos de artrosis recurrentes.
Además de las caídas, los cazadores pueden verse afectados por problemas de oídos como consecuencia de las detonaciones repetidas del arma en una posición tan próxima al pabellón auditivo. Como ve, los seguros de caza son más que necesarios.